El Pastor Belga y su historia
- El Pastor Belga, tanto por la armonía de su estructura como por la extrema sensibilidad de su inteligencia, pertenece a la aristocracia de las razas de perros de pastoreo, muy numerosas en el mundo.
- Esta raza, cuya selección ha sido seguida y mejorada sin cesar desde finales del siglo XIX en Bélgica y desde antes de la guerra de 1.914 en Francia, es en la actualidad perfectamente fija y estable. Cuenta con unos efectivos importantes en número y homogéneos, en un excelente nivel de valor fenotípico, en lo que concierne a la calidad. Este punto es primordial, porque pone al aficionado a cubierto de sorpresas desagradables por la aparición de "retrocesos" hacia prototipos indeseables
- En las buenas líneas de sangre, que son numerosas, los cachorros que nacen actualmente son el resultado de 15 ó 30 generaciones que, una tras otra, ha ido adaptándose a los criterios de una selección rigurosa, puesta de relieve por los resultados obtenidos en exposiciones y pruebas de trabajo. El prototipo se reproduce, con mayor o menor perfección, según los sujetos, cosa perfectamente normal, pero siempre con una apariencia general satisfactoria y una gran robustez de temperamento.
- Físicamente, el Pastor Belga es un lupoide, de talla mediana, de construcción mediolínea, que une la potencia de su esqueleto y su musculatura seca a una elegancia general, debido a la armonía de sus líneas y a la elasticidad de sus movimientos. La gran preocupación de los criadores a la hora de programar los cruces, deben ser siempre el mantenimiento de este equilibrio entre las dos características, potencia y elegancia, cada una de las cuales trata constantemente de sobresalir en detrimento de la otra. La consecución del equilibrio entre las dos tendencias caracteriza a los grandes campeones.
- Al lado de ellos existen, sin embargo, magníficos sujetos del tipo "potente" y otros del tipo "elegante", perfectamente válidos, e incluso útiles, puesto que el criador recurrirá a unos y a otros, alternativamente, en sus mezclas de sangre según sus necesidades y el tipo de sus propios reproductores.
- Es conveniente, sin embargo, respetar el necesario equilibrio de tal modo que el sujeto potente no se convierta en vulgar y que el elegante no traspase el límite, más allá del cual resultaría un perro frágil. Hay que notar que un pequeño exceso de potencia se admite mejor en un macho, mientras que un exceso de elegancia es más perdonable en una hembra.
- El cuerpo debe inscribirse, aproximadamente, en un cuadrado. La cabeza alta y orgullosa sobre un cuello bien limpio, seguido de un lomo perfectamente tenso, tienen una importancia primordial, por la corrección de sus líneas y por el acabado de su cincelado y la expresión característica de inteligencia siempre al acecho, que es específica de la raza. Sus andares son nobles y elásticos; el trote, que es el andar más característico del perro de pastor, es a menudo "estepado", cubriendo mucho terreno y muy resistente a la fatiga.
- Por otra parte, el Pastor Belga es un perro desbordante de ternura para con su amo, al que es mejor adquirir joven, preferiblemente al destete, porque la separación brutal, lejos de un amo al que se ha entregado por completo durante su infancia y su adolescencia, constituye para él un choque, un traumatismo afectivo, que puede ser duradero y nefasto para el equilibrio de su carácter.
- Su inteligencia es grande y de una extrema vivacidad, lo que constituye uno de sus mayores encantos; se completa por una admirable facultad de adaptación, tanto al medio como al modo de vida y de utilización impuesto por su amo.
- El trabajo de pastoreo es raro en nuestros días, pero el Pastor Belga es un excelente perro de defensa, dotado de cualidades olfativas que son preciosas para las pruebas de rastreo y sobre todo, y en todo momento, el más maravilloso camarada, intuitivo, amante y devoto más allá de toda ponderación; un perro de gran sensibilidad, dotado de un influjo nervioso a flor de piel, de reflejos rápidos, e impulso extraordinario, que hacen de él un campeón de los saltadores.
- Es en el carácter donde residen los enormes atractivos de la raza para unos y sus inconvenientes para otros. Igual que los seres humanos, del mismo tipo afectivo, los Pastores Belgas son capaces de lo mejor y de lo peor ..., según el amo que les toque en suerte.
- El Pastor Belga tiene una necesidad imperiosa de sentirse amado, de vivir en un clima de confianza y de amistad y, al mismo tiempo, de consagrarse completamente al amo que le comprende. Criado con dulzura, comprensión y amistad, se adapta naturalmente a todo lo que su amo quiera obtener de él; vida rústica y campestre, o refinada y ciudadana; y los hay que, por complacer a su amo, se han convertido en excelentes perros de caza.
- Comprenden todo, pero aceptan mal la brutalidad, que no se debe emplear nunca con ellos.
Raquel Mª Brown.
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